miércoles, 1 de abril de 2009

El declive del pregón


Todos los años, el domingo previo a la Semana Santa, Sevilla vive el día del pregón. Con este nombre se conoce a la exaltación poética que se hace por un destacado miembro del mundo de las cofradías, glosando las características de la Semana Santa sevillana e invitando a todos a participar de la celebración.

Este año, el pregón se celebró el pasado domingo y ha tenido su polémica. Para empezar el pregonero se entretuvo más de lo oportuno en dar cuenta del texto que llevaba preparado, pues duró el acto la nada despreciable cifra de 2 horas y cuarto. Esto ya incomoda a cualquiera.

No contento con la obligada semblanza poética de las hermandades y sus imágenes, se dedicó a airear críticas contra la adopción de los homosexuales, el desmadre urbanístico de Sevilla y el aborto; todos estos temas en los que me identifico completamente con las tesis expuestas por él, pero cuestiones ajenas al estilo literario propio de este tipo de actos líricos. Aún no hemos llegado al objeto de mi comentario.

Para pasar a la posteridad como el que propinó una sonora 'patada de bienvenida' al nuevo Arzobispo Coadjutor Don Juan José Asenjo, el pregonero se permitió el lujo de cazar al vuelo un pequeño incidente sin importancia ninguna que le ocurrió en su toma de posesión para hacer de menos al Sr. Arzobispo: una señora le entrega un sobre que contiene en su interior una estampa de la Macarena. El Arzobispo, que no se para a ver el contenido del sobre debido a la cantidad de personas que tiene que atender, lo entrega a su secretario y agradece a la señora el detalle. Según el pregonero, esto es un acto poco menos de desprecio a las hermandades.

Esta actitud, muy propia del mundo de las cofradías (recuerden aquellos primeros tiempos de la llegada de Don Carlos Amigo a la sede hispalense... como para olvidarlos) vino acompañada de un comentario sobre el hecho de que a las hermandades no se las puede controlar, que existen para hacer lo que les da la gana, y que ni se le ocurra decirles lo que tienen que hacer.

Aparte de la grosería de este señor que se permite el lujo de soltar estos comentarios de mal gusto en un acto en el que nadie puede contestarle, quiero centrarme en un dato que no es conocido del público general y que quiero dar a la luz:

Existe la costumbre de que el pregonero, en fechas anteriores a la locución pública del pregón, da a conocer el texto que ha preparado a las autoridades de la ciudad, supongo que como un acto de cortesía que en algún momento de la historia pudo llevar aparejado un intento de saber qué iba a decir el pregonero.

Por lo tanto, antes de que el pregón hubiera dado a conocer públicamente, el pregón era conocido por Su Eminencia el Cardenal Don Carlos, por el Alcalde, entre otras personas. Ante unas palabras que pueden generar polémica, que son resultado de una tergiversación de un hecho irrelevante, ¿nadie hace la llamada de atención al pregonero para advertirle de la inoportunidad de ese comentario?
¿nadie pone los puntos sobre las íes e impide esas palabras fuera de tono? ¿se prefiere dejar a un pastor de la Iglesia al pairo de semejantes nimiedades para desacreditarlo?

En Sevilla sabemos que la Semana Santa no son los carnavales: si en esta celebración es costumbre meterse con unos y con otros y aguantar el chaparrón, aquí no funciona así la cosa, a no ser que queramos hacer de la Semana Santa sevillana unos carnavales a nuestro modo y manera.

Rezamos para que el Señor ilumine a nuestro Arzobispo Coadjutor en su llegada a la sede hispalense para que actúe como pastor de la Iglesia y encauce a las ovejas descarriadas.

1 comentario:

  1. Ita!

    Porque más de uno hemos pensado eso mismo: Si el pregón, previamente, lo conocen más de uno...y más de uno "señalado", ¿cómo es que ninguno desaprobó o aconsejó quitar esa desconsiderada, injusta e hiriente "anécdota"?

    Un lamentable incidente, en resumen.

    Mons. Juan José Asenjo - algunos no se han enterado ni se han hecho cargo - ES desde el 13 de Noviembre Arzobispo de Sevilla.

    Un saludo, Manolo.

    +T.

    ResponderEliminar